enteramente

Claude Tolmer - Keys and woman, ca. 1930Claude Tolmer: Llaves y mujer (hacia 1930)

No se trata ya de poner en correlación un sector perceptivo y un elemento semántico, sino de desviar enteramente el lenguaje hacia esta región en la cual lo percibido, en su singularidad, corre el riesgo de escapar a la forma de la palabra y de llegar a ser al fin imperceptible a fuerza de no poder ser dicho. Mientras que descubrir no será leer, bajo un desorden, una coherencia esencial, sino llevar algo más lejos la línea de espuma del lenguaje, hacerle morder esta región de arena que está aún abierta a la claridad de la percepción, pero no lo está ya a la palabra familiar. Introducir el lenguaje en esa penumbra, en la cual la mirada no tiene ya palabras.

Michel Foucault: El nacimiento de la clínica. Una arqueología de la mirada médica, Siglo XXI, Madrid, trad. de Francisca Perujo, 2007, p. 234

el signo

Odilon Redon - Apocalypse de Saint-Jean, Et il tombe du ciel une grande etoile ardente comme un flambeau (1899)Odilon Redon: Apocalypse de Saint-Jean, Et il tombe du ciel une grande etoile ardente comme un flambeau (1899)

HUBO UNA VEZ UN TIEMPO

¿Hubo una vez un tiempo en que danzantes con violines
en circos infantiles pudieron acallar sus cuitas?
Tiempo hubo en que podían llorar sobre sus libros,
pero el tiempo ha puesto gusanera sobre sus pasos.
Bajo el arco del cielo están inseguros,
lo que nunca se conoce es lo más cierto en esta vida.
Bajo el signo celeste los que no tienen brazos
tienen manos más limpias, y el fantasma inhumano
es el único incólume, así que el ciego ve mejor.

*

WAS THERE A TIME

Was there a time when dancers with their fiddles
In children’s circuses could stay their troubles?
There was a time they could cry over books,
But time has sent its maggot on their track.
Under the arc of the sky they are unsafe.
What’s never known is safest in this life.
Under the skysigns they who have no arms
have cleanest hands, and, as the heartless ghost
Alone’s unhurt, so the blind man sees best.

Dylan Thomas: Poesía completa, Visor, Madrid, Trad. de Margarita Ardanaz Morán, 1988, pp. 130-131

 

a tiempo

Carl Vilhelm Holsoe - Sleeping Woman (hacia 1900)Carl Vilhelm Holsoe: Mujer durmiendo (hacia 1900)

PACTO CON LOS MUERTOS

¿En qué CIRCUNSTANCIAS sueñas con los muertos?
¿Piensas en ellos con frecuencia antes de dormirte?
¿Quién aparece primero?
¿Siempre el mismo?
¿Nombre? ¿Apellido? ¿Cementerio? ¿Fecha de fallecimiento?

¿Qué alegan?
¿Una vieja amistad? ¿El parentesco? ¿La patria?
¿Dicen de dónde vienen?
¿Y quién está detrás de ellos?
Y además de ti ¿quién sueña con ellos?

¿Se parecen sus caras a sus fotografías?
¿Han envejecido con el paso del tiempo?
¿Son saludables? ¿Demacradas?
¿Lograron recuperarse los asesinados de sus heridas?
¿Recuerdan aún quién los mató?

¿Qué tienen en las manos? Describe esos objetos.
¿Carcomidos? ¿Oxidados? ¿Carbonizados? ¿Podridos?
¿Qué tienen en los ojos? ¿Amenaza? ¿Ruego? ¿De qué tipo?
¿Sólo conversan ustedes sobre el tiempo?
¿Sobre los pájaros? ¿Las mariposas? ¿Las flores?

¿No hay ninguna pregunta molesta por su parte?
¿Y entonces tú qué les contestas?
¿En vez de callar precavidamente,
de cambiar evasivamente el tema del sueño,
de despertar a tiempo?

Wislawa Szymborska: Poesía no completa, FCE, México, Trad. de Abel A. Murcia, 2002, pp. 283-284

adolescentes

Gabriel von Max - Der Anatom (1869)Gabriel von Max: Der Anatom (1869)

RED DE PESCA

Cualquier cosa clara que nos ciega por sorpresa,
tus silencios vagabundos y resplandecientes descubrimientos,
delfín liberado para capturar el parpadeante pescado…
diciendo demasiado poco, después demasiado.
Los poetas mueren adolescentes, su ritmo les embalsama,
las voces arquetípicas cantan desafinadas;
el viejo actor no puede leer a sus amigos,
y no obstante se lee a sí mismo en voz alta,
el genio mata con su zumbido al auditorio.
La línea ha de terminar.
Y aún así mi corazón se alza, sé que he alegrado una vida
anudando, deshaciendo una red de cuerda embreada;
la red colgará de la pared cuando los pescados hayan sido comidos,
clavada como bronce indescifrable, el futuro sin futuro.

Robert Lowell: Antología, Visor, Madrid, Trad. de Antonio Resines, 2003, p.105

*

FISHNET

Any clear thing that blinds us with surprise,
your wandering silences and bright trouvailles,
dolphin let loose to catch the flashing fish. . . .
saying too little, then too much.
Poets die adolescents, their beat embalms them,
The archetypal voices sing offkey;
the old actor cannot read his friends,
and nevertheless he reads himself aloud,
genius hums the auditorium dead.
The line must terminate.
Yet my heart rises, I know I’ve gladdened a lifetime
knotting, undoing a fishnet of tarred rope;
the net will hang on the wall when the fish are eaten,
nailed like illegible bronze on the futureless future.

invisible

René Magritte - La Folie Almayer (Lien de Paille, 1968)René Magritte: La folie Almayer, de Lien de Paille (1968)

Nuestra época está muy enferma. Ha inventado «la evasión». Los horrores que padecen las víctimas de la frivolidad de una guerra le proporcionan, desde luego, unos cuantos derivativos. Los usa para drogarse, recurriendo a los periódicos; e incluso la bomba atómica le aporta un lirismo a lo Julio Verne, hasta que llega el momento en que un bromista le toma el pelo por la vía de las ondas. Orson Welles anuncia que han llegado los marcianos. Una radio francesa, que ha llegado un bólido. En el acto esos intrépidos guerreros nuestros no piensan sino en evadirse, pero no con la mente sino con las piernas. Se las rompen. Huyen. Se desvanecen. Abortan. Piden socorro. Tanto es así que el gobierno se inmuta y prohíbe la emisión imaginaria. Se supone que la poesía ha de calmarlos y conducirlos lejos de la espantosa realidad. Eso es lo que piensan y a lo que sacan partido muchísimas revistas cuyo mínimo reclamo entreabre las puertas del sueño.

El poeta estaba solo en medio de un mundo industrial. Ahora está solo en medio de un mundo poético. Merced a ese mundo al que el teatro, el cinematógrafo y los comercios de lujo equipan tan generosamente tanto para la evasión cuanto para los deportes de invierno, el poeta recupera al fin su condición de invisible.

Jean Cocteau: La dificultad de ser, Siruela, Madrid, Trad. de María Teresa Gallego Urrutia, 2006 pp. 86-87

*

Nota: En 2011 Chantal Akermann adaptó libremente la primera novela de Joseph Conrad, La folie Almayer.

de género

Brassaï: Juan les Pins, Folies Bergère, 1932Brassaï: Juan les Pins, Folies Bergère (1932)

No existen «mujeres» universales; las mujeres, aunque oprimidas como grupo, también sufren diferentes tipos de explotación según su posición de clase objetiva en la jerarquía.

Continuamente se nos ofrecen imágenes con las que se supone que debemos identificarnos; entre la limitada oferta, nosotras mismas seleccionamos con quién y con qué nos identificamos. Obviamente, nos identificaremos con las imágenes más «positivas»; las añadiremos a nuestro repertorio de recuerdos visuales como otras informaciones que recibimos. Al igual que estamos evaluando constantemente a los otros por lo «buenos» o «malos» que son, también nos estamos inspeccionando constantemente. Parte de ese proceso de selección e inspección del yo es una evaluación en términos de clase, y también de género.

Esta evaluación de la clase a la que creemos pertenecer afectará a la manera en que entendemos los métodos de organización, las contradicciones de clase y las teorías del cambio. Esta es una cuestión política, no teórica. La forma en que creemos que nos «vemos» a nosotros mismos afecta a nuestra forma de pensar y comportarnos.

Jo Spence: Más allá del álbum familiar, 1979, en Jo Spence: Más allá de la imagen perfecta. Fotografía, subjetividad, antagonismo, Museu d’Art Contemporani, 2005, p. 176

del sentimiento

Egon Schiele - Portrat einer Dame (Portrait of a Woman), 1908Egon Schiele: Portrat einer Dame (1908)

SOBRE LA REFLEXIÓN (UNA PARADOJA)

En el mundo entero se encarece la utilidad de la reflexión; en especial aquélla de gran duración que, practicada con sangre fría, precede al acto. Si fuera yo español, italiano o francés no me extendería más en estas consideraciones. Pero como soy alemán, pienso endilgarle a mi hijo alguna vez el siguiente discurso, en especial si le da por abrazar la carrera de las armas.

«El momento oportuno para la reflexión, sábelo, se halla mucho más después que antes del acto. Cuando la reflexión se pone en marcha antes de la decisión, o en el instante mismo de ésta, parece solo extraviar, obstaculizar y reprimir la fuerza necesaria para la acción, que brota del sentimiento soberano. Por el contrario después, una vez ejecutada la acción, puede hacerse de la reflexión el uso para el que ella es concebida realmente al ser humano: a saber, cobrar conciencia de lo que en nuestro proceder fue defectuoso y caduco, y regular el sentimiento para otras ocasiones venideras. La vida misma es un combate contra el destino; y se relaciona con la acción análogamente a como con la lucha. El atleta, en el instante en que se abraza a su contrincante, no puede proceder de ninguna manera atendiendo a otra cosa que no sean sus inspiraciones del momento; y quien quisiera pararse a calcular qué músculo contraer y qué miembro mover para alcanzar la victoria, ineluctablemnte saldría perdiendo y resultaría derrotado. Pero después, cuando ya ha vencido o bien yace por tierra, puede resultar apropiado y no estar fuera de lugar reflexionar sobre la presión que derribó a su contrincante, o sobre qué pierna hubiera debido oponerle para mantenerse en pie. Quien no tiene abrazada a la vida como uno de estos luchadores, y multiplicando sus miembros, después de todos los lances del combate, después de todas las resistencias, presiones, fintas y reacciones, experimenta y siente: ése no conseguirá imponer nada de nada en una conversación; y por descontado mucho menos en una batalla”.

Heinrich von Kleist: Sobre el teatro de marionetas y otros ensayos de arte y filosofía, Hiperión, Madrid, Trad. de Jorge Riechmann, 1988, pp. 69-70