esquemas

Helena Almeida. O Atelier, 1983

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Se ha de establecer este principio — vivimos sólo mediante ilusiones — nuestra conciencia roza la superficie. Son muchas las cosas que se ocultan ante nuestra mirada. Tampoco hay que temer que el hombre se conozca completamente a sí mimo, que atraviese con su mirada en todo momento todas las leyes de la palanca, de la mecánica, todas las fórmulas de la arquitectura, de la química, que son necesarias para su vida. Pero cabe la posibilidad de que se conozca todo por esquemas. Eso no cambia casi nada para nuestra vida. Todo esto se reduce además a fórmulas sobre fuerzas absolutamente incognoscibles.

Friedrich Nietzsche: Fragmentos Póstumos (1869-1874), Vol. 1, Tecnos, Madrid, Trad. de Luis E. de Santiago Guervós, 2007, p.336

descomposición

Günter Brus. Sin título, 1961

La pintura en el laberinto, 1963

Revestí las paredes de las dos habitaciones del sótano con Molino, un sucedáneo barato de lienzo, tensé unas cuerdas a lo largo y ancho de las habitaciones, y fijé en ellas unas bandas de papel de estraza que llegaban hasta el suelo y hasta las paredes que quería pintar. Mi intención era crear un laberinto que debería ayudar a evitar una idea de composición que se ha consolidado demasiado deprisa. Me imaginé trabajando en todas las paredes a la vez, como si todo a mi alrededor fuera un cuadro, haciendo realidad una ansiada “descomposición” mientras paseaba arriba y abajo por el laberinto.

Anna Jiménez Jorquera (coord.): Günter Brus. Quietud nerviosa en el horizonte,  Museu d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA), Barcelona, 2005, p. 114.