nosotros

us two

Wherever I am, there’s always Pooh,
There’s always Pooh and Me.
Whatever I do, he wants to do,
«Where are you going today?» says Pooh:
«Well, that’s very odd ‘cos I was too.
Let’s go together,» says Pooh, says he.
«Let’s go together,» says Pooh.

«What’s twice eleven?» I said to Pooh.
(«Twice what?» said Pooh to Me.)
«I think it ought to be twenty-two.»
«Just what I think myself,» said Pooh.
«It wasn’t an easy sum to do,
But that’s what it is,» said Pooh, said he.
«That’s what it is,» said Pooh.

«Let’s look for dragons,» I said to Pooh.
«Yes, let’s,» said Pooh to Me.
We crossed the river and found a few-
«Yes, those are dragons all right,» said Pooh.
«As soon as I saw their beaks I knew.
That’s what they are,» said Pooh, said he.
«That’s what they are,» said Pooh.

«Let’s frighten the dragons,» I said to Pooh.
«That’s right,» said Pooh to Me.
«I’m not afraid,» I said to Pooh,
And I held his paw and I shouted «Shoo!
Silly old dragons!»- and off they flew.

«I wasn’t afraid,» said Pooh, said he,
«I’m never afraid with you.»

So wherever I am, there’s always Pooh,
There’s always Pooh and Me.
«What would I do?» I said to Pooh,
«If it wasn’t for you,» and Pooh said: «True,
It isn’t much fun for One, but Two,
Can stick together, says Pooh, says he. «That’s how it is,» says Pooh.

Alan Alexander Milne

herman-hesse-cat

Herman Hesse

micheletsonchatnoirMichel Foucault

Edward-Gorey y gatos

Edward Gorey

Cortázar y gato

Julio Cortázar

Patti-Smith y gato

Patti Smith

André-Bazin y gatoAndré Bazin

Mau

[aprenderé a no tener miedo sin ti]

Gran Teatro Amaro: Air a danser

palabras

1280px-G.javanicus7.JPGAlbert Kok: Morena

Y a veces me comparo en pensamiento con aquel Craso, el orador, del que cuentan que tomo un cariño tan extraordinario a una morena mansa de su estanque, un pez opaco, mudo, de ojos rojos, que se convirtió en tema de conversación de la ciudad; y cuando en cierta ocasión, Domiciano, queriendo tacharle de chiflado, le reprochó en el senado haber vertido lágrimas por la muerte de aquel pez, Craso le contestó: «De esa manera hice yo a la muerte de mi pez lo que vos no hicisteis al morir vuestra primera, ni vuestra segunda mujer».

No sé cuantas veces ese Craso con su morena me viene a la cabeza como un reflejo de mi propio yo, arrojado sobre mí por encima del abismo de los siglos. Pero no por la respuesta que dio a Domiciano. La respuesta puso a los reidores de su lado, de manera que el asunto se disolvió en una broma. Pero a mí el asunto me afecta, el asunto, que habría seguido siendo el mismo, aunque Domiciano hubiese vertido por sus mujeres lágrimas de sangre del más sincero dolor. En tal caso, Craso aún seguiría estando enfrente de él con sus lágrimas por su morena. Y sobre esa figura, cuya ridiculez y abyección salta tanto a la vista en medio de un senado que dominaba el mundo, que debatía las cuestiones más sublimes, sobre esa figura, un algo innombrable me obliga a pensar de una manera que me parece completamente insensata en el momento en que trato de expresarla con palabras.

Hugo von Hofmannsthal: Carta de lord Chandos, en Poesía lírica seguida de carta de lord Chandos, (trad. Olivier Giménez López), Igitur, Montblanc, 2002, p. 261.

*

(a ti.)

Me haces llegar una pregunta para la cual no tengo respuesta: “¿porque las semillas encontradas en las pirámides de Egipto conservaron su capacidad germinativa?” Tener poca idea de botánica no ayuda, a decir verdad. He visto que existe una teoría sobre el poder de las pirámides, no sólo las de Egipto -intuyo que está relaciona con la geometría sagrada o algo así. No sé bien. En todo caso hay referencias a semillas guardadas en pirámides que conservaron su capacidad germinativa. Aunque no hubieran brotado encuentro que sería igualmente digno de atención el gesto de conservarlas. La lección del colegio dice que los faraones se aprovisionaban de diversos objetos de los que harían uso más tarde.
Nunca sabré -pensaba el primer día- si éstas llegarán a brotar.

Gracias.

 

anomalías

Carta de lord Chandos

cuerpo

Fotografía: Jo Spence

It is the body that is the hero, not science, not
antibiotics… not machines or new devices.
… The task of the physician today is what it
always has been, to help the body do what it
has learned so well to do on its own during its
unending struggle for survival –to heal itself.
It is the body, not medicine, that is the hero.

R. Glasser, M.D.

[Es el cuerpo el héroe, no la ciencia, no los antibióticos… no las máquinas o los nuevos instrumentos. … La tarea del médico es hoy como ha sido siempre, ayudar al cuerpo a hacer lo que tan bien ha aprendido a hacer por sí mismo a lo largo de su lucha inacabada por sobrevivir -curarse a sí mismo. Es el cuerpo, no la medicina, el héroe.]