…
En la travesía de la noche he encontrado una alianza de amigos. Los amigos no son vidas privadas que se reúnen para intercambiarse confidencias. Simplemente están. En Roma, en Montreal o en Oporto… En el siglo pasado quizás, o en el lugar más recóndito de Colombia o de la provincia de Huesca. A veces ni ellos conocen mi nombre ni yo sé nombrarlos. Me basta saber que están.
Santiago López Petit: Hijos de la noche, Bellaterra, Barcelona, 2014, p. 205